UN FOTOGRAFO EN APUROS
De Denis Vento
Personajes:
Javier Padre
de Nora
Carmen Madrasta de Nora
Nora Hija de Javier
Rodolfo Fotógrafo Profesional
Ernesto Actor, director, empresario
Toda la acción se
realiza en el estudio fotográfico de Rodolfo, tiene además dos ambientes contiguos
uno corresponde a la utilería y el otro a la producción-edición.
Javier. -
(Ingresa al estudio fotográfico, ve de espaldas a Nora quien está revisando
unas fotos y vestida con un traje típico de la época virreinal) Disculpe Ud.
por casualidad sabrá si la Srta. Nora todavía vive en el dpto. del lado.
Nora. – (al
voltear) ¡Papa! Hola que haces por acá
Javier. - ¿Nora?
Nora. - (Se quita la peluca) Si papa soy yo.
Javier.- ¿Porque
estas vestida así y que haces aquí?
Nora. - Papa aquí trabajo como modelo, este es el
estudio fotográfico de Rodolfo, me visto así porque estamos en una sesión de
fotos para una revista sobre los vestidos de la época colonial y virreinal de
las América de sur.
Javier. – ¿Y quién
es ese Rodolfo?
Nora. - Es un
fotógrafo profesional, es muy conocido aquí y a nivel internacional.
Javier. – ¡Gran
cosa! para fotógrafos en el parque hay
un montón.
Nora. - No Papa, no es cualquier fotógrafo, él es discípulo
de Mario Testino, trabaja con Actores, Modelos, Políticos, incluso le ha
preparado un retrato especial al presidente y su familia, ahora ya todos los
ministros lo han llamado para que les haga un álbum familiar.
Javier. - Que te tome una foto no es gran cosa
Nora. - Padre no
es así, son fotos profesionales de alta calidad, son una obra de arte.
Javier. - No le veo mucho futuro a esto.
Nora. - Él tiene muchos proyectos, uno de ellos es tener
su propia galería, hacer una exposición de su trabajo y por supuesto yo soy su
modelo principal.
Javier. – Has
dejado la universidad por esto
Nora. –Padre tú
sabes que siempre quise ser modelo y ahora estoy estudiando para ser una modelo
de pasarela, trabajar con Rodolfo me sirve para ganar experiencia.
Javier. - (Mirando
alrededor) Por lo que veo no tiene muchos clientes por ahora
Nora. – No es
como los demás estudios fotográficos que atienden a todo público.
Javier. - Ah, atiende por delivery.
Nora. – No Papá,
por contrato ahora estamos esperando a un empresario que va a reinaugurar su
teatro y piensa poner una galería con todas las obras que ha realizado y nosotros
haremos los retratos con vestuario, utilería, de este trabajo va a recibir una
buena suma de dinero.
Javier. - Por la
forma que hablas de ese tal Rodolfo parece que estas enamorada.
Nora. - Es cierto
padre estoy enamorada de Rodolfo
Javier. - Ten
mucho cuidado hija, los artistas son bohemios, picaros
Nora. – No te
preocupes Papá, Rodolfo no es así.
Javier. – Esta
bien, en fin, será lo que tu digas, ya sabes que si desean casarse cuentan con
mi apoyo y el de Carmen.
Nora. – Gracias
padre, por tu apoyo, pero de tu mujer no creo.
Javier. - ¿Por
qué dices tal cosa?
Nora. – Porque
nunca nos hemos llevado bien, por eso me fui de la casa y no creo que se
interese por mi vida.
Javier. – No es
así hija mía, siempre me pregunta por ti, sabe que vengo a verte, aunque a
veces no me cree y se llena de celos.
Nora. - ¿Te cela por venir a verme?
Javier. - Por venir a verte no, piensa que me voy a
otro lugar, es tan celosa que cuando vamos por la calle si miro a alguien me da
de peñiscos, mis brazos están moreteados de tanto cariño.
Nora. – Papa,
porque permites que te trate así.
Javier. – Mira
hija no quiero problemas, la quiero mucho, prefiero no contradecirle y darle
todo lo que pide.
Nora. – Engreír
demasiado no es bueno tienes que ponerle un pare a esa situación.
Javier. – Es que siempre
está amenazando con que se va a suicidar, se va a lanzar del edificio más alto
del mundo, que se va a envenenar.
Nora. – Quiera
imponer su voluntad como sea
Javier. - Mi temor es que pueda tomar una sobredosis de
esos sedantes que usa para dormir.
Nora. - ¿Sufre de
insomnio?
Javier. - Creo
que sí, los sedantes que toma son muy fuertes.
Nora. – Algo
tienes que hacer.
Javier. – Ya lo
hice, he cambiado el medicamento por otros más suaves, unos de tipo naturistas,
si quiere suicidarse con esas gotas solo lograra dormirse como un lirón.
Nora.- Papa, Papa, ella no se va a suicidar ni nada
parecido, lo dice para dominarte.
Javier.- Puede
ser hija, al menos ya me asegure que con esas gotas no va pasar nada.
Nora. - Padre
creo tu mujer está loca, bien loca
Javier. - Casi
loca, casi loca, es algo excéntrica, pintoresca, pero aun así la quiero
(Ingresa Ernesto)
Ernesto.- Buenas, buenas, se puede.
Nora. - Si, adelante, como estas Ernesto.
Javier. – (Aparte)
Pero, ¿Qué hace aquí este tipo?
Ernesto. - Hola Nora, esta Rodolfo.
Nora. – No se
encuentra, pero no tarda en llegar, dejo dicho que lo esperes.
Ernesto. - (aparte) ¡Rayos! El marido de Carmen
Javier. – Hola
Ernesto, Tú también por aquí.
Nora. - ¿ Se
conocen?
Javier. – Así es
hija, Carmen nos presentó en una reunión, y desde esa fecha nos hemos
encontrado en varias reuniones.
Ernesto. - Efectivamente , nos hemos visto muy seguido
últimamente.
Javier. - Parece, como que nos siguiera.
Ernesto. - jajajaja
no, no, no es así, es pura casualidad.
Nora. - Las casualidades continúan, (A Javier) es el
empresario de que hablaba a quien le vamos hacer su galería de fotos.
Javier. – Vaya,
vaya así que vas a remodelar tu Teatro.
Ernesto. - Efectivamente y pretendo poner una galería de
fotos con todas las obras que he dirigido o actuado, en realidad es más publicidad
que otra cosa.
Javier. -Suerte
en su renovado Teatro.
Ernesto. – Espero
tenerlos la noche de reinauguración, será toda una gala, le he enviado a Nora,
digo a tu esposa la invitación.
Javier. - Gracias, talvez vayamos. Bueno hija me retiro, regreso más tarde, tengo
unos pacientes que atender, (A Ernesto) gusto en verte (aparte) en realidad
disgusto.
Nora. - Conoces a la mujer de mi padre.
Ernesto. - Si, nos conocimos hace muchos años, hemos
actuado juntos en varias obras de teatro y con el tiempo nos hicimos muy buenos
amigos.
Nora. - Seguro que la enamorabas.
Ernesto. – Yo, no,
no, porque dice eso.
Nora. - Sera, porque tienes una fama de mujeriego.
Ernesto. - Puras mentiras, chismes de la farándula, tú
sabes que solamente estoy enamorado de ti.
Nora. – Ja, Ja, Ja,
no me vengas con esas cosas, pues yo no te creo nada y segundo que estoy enamorada
de …
Ernesto. - De Rodolfo
Nora. - Así es, estoy profundamente enamorada de
Rodolfo.
Ernesto. - Sabes por qué elegí a Rodolfo para que haga
las fotos, solo para poder verte todos los días.
Nora. - Muy bromista eres, ahora será mejor que te
calles, ahí viene Rodolfo
Ernesto. - Que piña, a mala hora llega. (Ingresa Rodolfo)
Rodolfo. - hola!
Que tal Ernesto.
Ernesto. - Aquí esperándote, dime, cuando podemos empezar
con las tomas no quiero tener apuros a última hora.
Rodolfo. – Desde
este momento podemos empezar y los siguientes días me avisas que hora tienes
libre y continuamos.
Ernesto. - Perfecto, confió en tu trabajo y en que todo
saldrá bien.
Rodolfo. - Estoy seguro que quedaras muy conforme con mi
trabajo. Para que no te quede duda te enseñare unos cuadros retratos terminados,
por favor Nora alcánzale a Ernesto algunos de los que tenemos guardados.
(Mientras esperan Rodolfo le enseña la utilería a emplear para la toma de las
fotos, como un cofre, trajes de rey etc.)
Nora. – (Ingresa
al ambiente de Edición, saca unos cuadros y regresa) Aquí tienes.
Ernesto. -
(observa detenidamente cada cuadro) Excelente, muy bien (mira el ultimo) Creo
conocer a esta dama. (Foto de una joven vedette)
Rodolfo. - ¿Qué?
No, no, (Le quita el cuadro) No creo que la conozcas además todas las
bailarinas se parecen.
Nora. - (Esta de
espalda y sin ver el retrato) Si es una actriz seguro es alguna a quien ha conquistado.
Ernesto. - A ver, a ver tengo que acordarme (Pensativo)
lo tengo, mejor dicho, la tengo, es Carmen la mujer de Javier, que jovencita se
le ve en esta foto.
Nora. - Dices, que es la mujer de mi padre.
Rodolfo. – (Chispas,
me descubrieron) Bueno si es ella, este retrato es de muchos años antes que se
casara con tu padre, talvez unos veinte años antes.
Nora. – A ver
muestra ese retrato.
Rodolfo. – Pero,
si ya te he dicho quien es.
Nora. - ¿Por qué
tienes ese retrato? Deshazte de eso inmediatamente.
Rodolfo. – Pero,
Nora como voy a…
Nora. - Devuélvelo o quémalo, pero no quiero verlo
aquí.
Rodolfo. – Como
voy a quemarlo, es un trabajo.
Ernesto. – Te
compro el retrato.
Rodolfo. -
¿Comprarlo?
Nora. - ¿Quieres
comprarlo?
Ernesto. – Si, así
es quiero cómpralo para mi galería del teatro hemos actuado juntos varias veces.
Rodolfo. – Mira,
la verdad es que…
Nora. - No quieres deshacerte del retrato, pues
quédatelo yo me voy. (va a salir, pero Rodolfo
la detiene)
Rodolfo. - Espera, espera, yo no he dicho que no lo voy a
vender. (Aparte) Voy a tener que deshacerme de este recuerdo.
Ernesto. – Te doy 500 dólares por el retrato.
Rodolfo. – ¡500
dólares!... acepto (A Nora) ahora estarás contenta.
Nora. – Es la
mujer de mi padre y prefiero no verla ni en fotografía.
Ernesto. – (Coge
su billetera y le paga a Rodolfo) Mira tengo unos trámites que realizar al
regreso recogeré el cuadro.
Nora. – (Coge el
retrato) Lo guardare donde estaba.
Rodolfo. – Bueno
Ernesto podemos empezar con las primeras tomas de la obra “Mi novia de Facebook”,
sienta ahí con la laptop como que estas en el chat con alguien (empieza a tomar
fotos de varios frentes)
Nora. – (Regresa
cambiada de ropa) Rodolfo voy a recoger las cortinas de la costurera que es lo último
que nos falta para las próximas tomas. (Sale)
Ernesto. –(Aparte)
Averiguare porque tiene el retrato de Carmen. (A Rodolfo) Se ve que Nora está muy
enamorada
Rodolfo. - Si, Yo también estoy locamente enamorado de
ella
Ernesto. – Has tenido alguna relación con Carmen.
Rodolfo. - ¿Yo?
Ernesto. - Como no te querías deshacer del retrato.
Rodolfo. - ¡Oh!
Es un amor de años atrás, un amor de juventud
Ernesto. - El primer amor nunca se olvida.
Rodolfo. – Solo
es un lindo recuerdo, ella está casada y todavía con el padre de mi novia.
Ernesto. - Porque terminaron
Rodolfo. – Era
muy caprichosa, para conseguir algo recurría a las amenazas, no comprendía mi
situación.
Ernesto. - Quería
dominarte a como dé lugar.
Rodolfo. - Un día me pidió un vestido costoso para ir a
una reunión con sus amigas, si no se lo compraba amenazaba con no comer hasta
morir, quería ir a una fiesta y yo por trabajo no podía ir me amenazaba con
tomarse todo el frasco de somníferos.
Ernesto. – Que
horrible situación y como te libraste de ella.
Rodolfo. – Al
principio tenía miedo que intente hacer algo contra su vida, hasta que un día
llega a mi oficina y me amenazo con lanzarse por la ventana si no íbamos de
viaje el fin de semana, me colmo toda esta situación lo que hice fue abrir la
ventana y le dije “Lánzate”, me miro con rabia y salió por la puerta
Ernesto. –
ja,ja,ja,ja buena lección y que paso
después.
Rodolfo. - No la volví a ver más, años después me enteré
que se había casado con el padre de Nora.
Ernesto. - Conozco a ambos.
Rodolfo. - Creo que te he contado cosas que no debía.
Ernesto. – No te
preocupes, se cómo es Carmen, supongo que conoces al marido.
Rodolfo. – No,
tal parece que Carmen le ha prohibido ver a su hija.
Ernesto. - (Mira
su reloj) Tengo que ir hacer unos trámites, vuelvo en unas horas y continuamos.
(sale)
Rodolfo. –
Chispas, creo que no debí contarle intimidades ojalá no pase nada. (Ingresa Carmen)
Carmen. - (Se
detiene en la entrada del estudio) ¡Es el!
Rodolfo. - Hablando de Roma, ¿Que quedra aquí?
Carmen. - Hola Rodolfo
Rodolfo. - ¡Carmen!
vaya que sorpresa, tú por aquí.
Carmen. – te
sorprende verme.
Rodolfo. – Pues
sí, hace tantos años que no se ti, que no esperaba verte por mi estudio.
Carmen. – Me
entere por un amigo donde vives y que pretendes casarte con Nora.
Rodolfo. -Te
preocupa, te da celos, acaso piensas impedirlo.
Carmen. -A mí me
da lo mismo lo que hagas, mi interés de venir aquí es que mi marido no obtenga
ninguna prueba que comprometa mi matrimonio.
Rodolfo. – Si te
refieres a lo nuestro, no te preocupes que no le contare nada.
Carmen. – Si
tuvimos algo fue pasajero que ocurrió hace muchísimos años cuando éramos
jóvenes.
Rodolfo. - Entonces, no entiendo a qué prueba te
refieres.
Carmen. - Vengo a
que me devuelvas mi retrato.
Rodolfo. - Pero mi querida Carmen….
Carmen. – Nada,
nada, tienes que devolverme ese retrato, se entera mi marido, me va pedir que
le dé explicaciones él no sabe que antes he sido vedette.
Rodolfo. – Comprendo, pero lamentablemente ese retrato
no lo tengo.
Carmen. – No me
mientas Rodolfo, te exijo que me lo des, no hagas que me irrite.
Rodolfo. – Te
conozco bien cuando te irritas por nada.
Carmen. - Si no me los das ahora mismo soy capaz hasta
de suicidarme y tu serás el culpable.
Rodolfo. - No cambias, siempre con las mismas locas amenazas.
Carmen. – Soy una
mujer de decisiones y lo que digo lo cumplo (De su cartera saca dos frascos)
sabes qué es esto.
Rodolfo. - (Tono
burlón) Una poción venenosa.
Carmen. - No es gracioso lo que dices, es un somnífero muy
fuerte, entrégame el retrato o me lo tomo todo y a ver que explicaciones vas
dar de mi muerte.
Rodolfo. –
Cálmate Carmen, relájate tomas las cosas con tranquilidad, mejor ve a tu casa
descansa disfrutan de la vida. (le
señala la puerta)
Carmen. – ¡Ah! te
burlas, ahora lo veras. (Abre los frascos y toma todo el contenido)
Rodolfo. –
Cuidado te atoras, no quieres un poco de agua.
Carmen. - ¡Oh que
mal me siento! Todo me vueltas.
Rodolfo. - (Riendo)
si, si, es la poción venenosa de la buja majuja.
Carmen da unas
vueltas sobre sí mismo y cae desmayada en los brazos de Rodolfo.
Rodolfo. –
(Asustado la lleva a un sillón) Carmen, Carmen déjate de bromas, creo que se ha
desmayado de verdad... Carmen! Carmen! Háblame… soy yo Rodolfo tu -ex, de
verdad se ha envenenado está loca, (Se escucha roncar a Carmen) Recórcholis se
ha dormido.
Nora puede venir en cualquier momento la ve y el
muerto voy a ser yo. Carmen despierta, despierta (la samaquea) nada, que hare, la
ocultare hasta que despierte (Carga a Carmen) donde, donde, (al ver el ambiente
utilería) ahí la llevare.
Ingresa Javier
justo en el momento que está entrando Rodolfo al ambiente de utilería.
Javier. – Algo ocurre,
a quien está llevando cargada talvez sea mi hija que se ha desmayado.
(Sale Rodolfo echando llave y la deja en la
puerta)
Rodolfo. -
(sorprendido y titubeando al ver a Javier) ¡OH! Como esta, que desea Señor.
Javier. – La
mujer con que ingresaba tiene algún problema, se ha desmayado talvez.
Rodolfo. – No,
no, no es una mujer, es es es es, un maniquí de utilería, voy a buscar un médico.
Javier. – Para el
maniquí?
Rodolfo. – No
hombre, para mi
Javier. – Yo soy
médico Ginecólogo, pero para primeros auxilios no hay problema. ¿Qué le duele?
Rodolfo. – (Aparte)
como caído del cielo, (A Javier) Así que Ud. es médico (lo va a llevar donde
esta Carmen)
Javier. – Si
señor, soy el padre de Nora.
Rodolfo. - (Aparte)
El marido de Carmen (A Javier) que se le ofrece
Javier. - (Sorprendido)
A mi nada, a Ud. es que le dolía algo.
Rodolfo. – Chispas,
verdad, pero ya, ya, ya estoy bien, no me duele nada. Gracias por la visita.
Javier. - Le he dicho que soy el padre de Nora la deje
hace un rato, quedando en regresar al entrar veo que Ud. a encerrado a una
mujer y creo que es mi hija así que abra de inmediato la puerta. (Señala ambas
puertas)
Rodolfo. - Señor le he dicho que no hay ninguna mujer.
Javier. - No me como el cuento ese del maniquí, abra le
digo o no respondo de lo pueda ocurrir.
Rodolfo. - (Javier
va avanzado hacia la puerta y Rodolfo con los brazos abiertos trata de impedir,
retrocediendo y llevándolo hacia la puerta contraria donde esta Carmen, se pone
delante bloqueando el paso) No señor, no abriré, no pasa nada
Javier. - (Al ver
la llave puesta en la puerta) Si no quiere abrir lo hare yo (Empujando a un
lado a Rodolfo) entrare y registrare todo. (Ingresa al ambiente de producción)
Rodolfo. – Si así
lo quiere, ahí se quedará. (Cierra la puerta con llave y encierra a Javier)
ahora a esconder a Carmen. (corre al otro ambiente y saca a Carmen. Javier da
golpes en la otra habitación, Rodolfo mira a Carmen) Sigue durmiendo, duerme
más que la bella durmiente, será mejor que la lleve a su casa.
Ernesto Llega
cantando.
Rodolfo. –
Caracoles, Ernesto, si la ve estoy frito. ¿Dónde la escondo? Mira a todo lado,
al no encontrar nada, la echa sobre el sofá, arranca las cortinas de la ventana
y la cubre
Ernesto. - Amigo mío, aquí de vuelta, continuemos con
las fotos.
Rodolfo. – Si,
si, que mal, digo que bien hombre, que bien. (Se escucha los golpes de Javier a
la puerta)
Ernesto. – Que te
pasa Rodolfo, ¿Estas enfermo? se te nota muy pálido.
Rodolfo. –
(Nervioso) Si, bueno, es que, …… la presión, el hígado, el corazón, las
mujeres, en fin tantas cosas que a uno lo aqueja, (Javier sigue dando golpes a
la puerta).
Ernesto. - ¿Qué
ruidos son esos?
Rodolfo. - Debe ser el vecino, algo estará clavando en
su casa
Ernesto. – Vecino
bullicioso, creo que podemos continuar con las fotos.
Rodolfo. – Por
favor lo dejamos para mañana, tengo una reunión urgente.
Ernesto. – Esta
bien, entonces dame el retrato que me voy
Rodolfo. - (Y
ahora) no sé dónde Nora la ha guardado.
Ernesto. - Yo la vi que la guardo en una de esas
habitaciones.
Rodolfo. – (Se
pone delante de Ernesto) pero mejor después te la envió.
Ernesto. – No te
preocupes, como voy a casa pues me la llevo.
Rodolfo. – Quiero
hacerle unos arreglos, retoquitos y yo mañana te la envió.
Ernesto. - No es necesario, así está bien (al tratar de
eludir a Rodolfo resbala y cae sobre el sillón donde esta Carmen y se siente un
suspiro (Da un salto de susto) ¿Quién está ahí?
Rodolfo. - (nervioso)
es el gato
Eduardo. – Pero
yo he sentido algo así como…
Rodolfo. - (Gritando)
la gata, la gata, hombre, que es la gata….
Eduardo. – Total
es gato o gata, eso no importa, mejor tomare el retrato (va apurado abre la puerta
equivocada)
Javier. - (Sale y
coge del cuello a Eduardo creyendo que es Rodolfo) Infeliz, donde está mi hija.
Habla de una vez. (Rodolfo asustado se esconde detrás del sillón)
Ernesto. – Javier,
soy yo Ernesto, Suéltame. (Se miran y se reconocen)
Rodolfo. – Ahora
si estoy perdido.
Javier. - ¡Ernesto!
¿Pero que hace aquí?
Ernesto. – ¿Y tú
que haces encerrado allí?
Javier. - El verte aquí me hace entender mejor las
cosas (cogiendo a Ernesto de los hombros), a quien están ocultando es a mi
mujer.
Ernesto. – ¿Tu
mujer?
Javier. – Si mi
mujer, la tienen allí, (Señalando el otro ambiente) has venido con ella y la
han escondido, entremos a buscarla a ver si se atreve a negarlo delante de
ella. (Lo jala hacia al otro ambiente)
Ernesto. – Esta
bien vamos, pero no tiene por qué jalarme, yo voy, yo voy. (entran en la
habitación, Rodolfo cierra la puerta con llave)
Rodolfo. - Tengo que aprovechar este momento (Descubre a
Carmen y la carga) Sigue durmiendo que abra tomado somnífero para elefante,
Tengo que sacarla de aquí. (Esta por salir ve llegar a Nora) Mi madre viene Nora.
Ahora donde la pongo (ve el cofre) la
meto aquí, creo que me va a dar un infarto.
Nora. - (ingresa)
Me entregaron las cortinas.
Rodolfo. - (Recibe
las cortinas) Que bueno (Aparte) mejor te hubieras demorado una hora, dos
horas.
Nora. – Que
tienes Rodolfo, se te nota como asustado.
Rodolfo. – Nada,
no tengo nada, tengo que salir urgente, puedes regresar después.
Nora. – ¿Quieres
que me vaya?
Rodolfo. – Por
favor regresa en un par de horas. (Se oye llamar a la puerta)
Javier. - (dentro)
abran la puerta
Ernesto. – Abre
Rodolfo o la echo abajo.
Nora. – Que son
esos gritos, quien está ahí,
Rodolfo. – Nadie,
no he escuchado nada, por favor vete.
Javier. – Abre la
puerta o la echamos abajo
Nora. – Es la voz
de mi padre ¿Qué es lo que ocurre Rodolfo?
Rodolfo. – (Mira
las cortinas que tiene en su mano) ¡Oh! Que gran idea, perdona Nora, pero es
necesario que haga esto (coge las cortinas y la envuelve a Nora como un paquete
y la echa en el sofá)
Rodolfo corre
hacia el cofre saca a Carmen en brazos y sale corriendo, en ese instante rompen
la puerta, salen Javier y Eduardo
Nora. - (Lucha
por desatarse al girar cae al suelo, pero logra desenvolverse) Hay Dios mío
casi me asfixio.
Javier. - Hija mía que haces ahí, estas bien.
Nora. – Si estoy
bien, creo que Rodolfo se ha vuelto loco.
Javier. - Has
visto a Carmen.
Nora. – No la he
visto, Rodolfo estaba solo.
Javier. – Mi
mujer esta acá tengo que encontrarla y descubrir que es lo que pasa.
Nora. – No sé qué
les ocurre parece que todos se han vuelto locos. Vamos te ayudo a buscarla. (Sale con el padre)
Ernesto. -Vayan
Uds. Yo me quedo por si aparece. (Solo) Rodolfo tendrá que decirme porque nos
encerró, porque no quiere darme el retrato (Siente pasos) ahí viene Rodolfo y trae
algo en brazos, será mejor que me esconda.
Rodolfo. –
(Cansado y agitado) Al fin se fueron todos, (Pone a Carmen el sofá) por suerte
los vi y me escondí porque me agarra su marido o Nora me ve y van a pensar que
soy culpable de todo, como me deshago de esta mujer. (Aparece Ernesto a la espalda de Rodolfo al
voltear)
Ah! me asustaste ¿Qué haces aquí?
Ernesto. – Yo
nada.
Rodolfo. – Nada
dices y esto.
Ernesto. -
¡Carmen!
Rodolfo. – No te
hagas al que no sabias que iba a venir, creo que entre los dos han armado este
lio.
Ernesto. – ¿Qué lio?
tú estás loco, yo no tengo nada que ver con esta mujer.
Rodolfo. - Voy a
traer el carro para que la llevemos a su casa, cógela (Pone a Carmen en los
brazos de Ernesto y Sale)
Ernesto. - No te vayas, Rodolfo, Rodolfo, vaya encarguito,
y como pesa la condenada.
Javier. -(Entra) No
los encontré.
Ernesto. - ¡El
marido!
Javier. - Y ahora no podrás negarlo te he encontrado
con las manos en la masa.
Ernesto. - No, no aquí tiene a su mujer. No tengo nada
que ver con esto
Javier. - Amigo mío a sentenciado su muerte, esto no se
quedará así.
Ernesto. - Le voy a explicar cómo son las cosas, pero
antes tome a su mujer o la suelto.
Javier. - (Recibe
a Carmen en sus brazos) deme a esta inocente palomita.
Rodolfo. - (Ingresa)
que pasa aquí
Ernesto. - (sale corriendo)
Es hora de salvarse.
Javier. – Se me
escapa, cobarde, Tenga Ud. a mi mujer, (Le entrega a Carmen, sale corriendo en
busca de Ernesto)
Rodolfo. – Oh no,
de nuevo no (tomando a Carmen) otra vez. (sienta a Carmen en el sofá) a este
paso mejor me quedo con ella. (Carmen empieza a despertar) Ya vuelve en sí.
Ingresa Nora ve a
Rodolfo con una mujer
Rodolfo. –
Chispas Nora.
Nora. – Una
mujer, que significa esto Rodolfo?
Rodolfo. –
Espera, espera Nora, es la esposa de tu padre.
Carmen. – (Despierta)
¿Dónde estoy?
Rodolfo. – Al fin
despertó.
Nora. – ¿Que hace
la mujer de mi padre aquí?
Javier. -
(Ingresa trayendo a Ernesto cogiéndolo del cuello) A ver dígame quien a tramado
todo este lio.
Ernesto. –
Tranquilo yo le contare todo.
Javier. - Tienes cinco minutos, después no respondo por
lo que pueda ocurrir aquí.
Ernesto. –
Primero, Yo no tengo nada que ver con el rapto de su mujer.
Javier. – Nada
que ver, si te he encontrado con mi mujer en brazos.
Ernesto. – Es que
yo no la tenía en mis brazos, por ….
Javier. - Soy loco acaso, cuando yo mismo te he visto
Ernesto. - Si, pero por hacer un favor a otra persona.
Javier. - ¿Qué
otra persona?
Ernesto. - La que la tenía cargada antes y me la dio.
Javier. – Por un
demonio, habla de una vez quien es esa persona.
Rodolfo. – Yo
Señor.
Javier. - ¿Tu?
Ernesto. - De la que me salve.
Nora. – Rodolfo
explícate de una vez o aquí terminamos
Rodolfo. - (A Carmen)
Por favor cuenta porque razón te querías envenenar.
Javier. - Envenenarse, oiga usted está loco o chiflado.
Carmen. - Me tome los dos frascos de este medicamento,
pero parece que no era tan fuerte como dicen.
Javier. - Has tomado de ese frasco, bueno yo cambie el
medicamento por un relajante natural nada dañino.
Rodolfo. – (A
Carmen) ves yo nada tengo que ver.
Javier. - Pero
porque aquí lo has tomado, tenias la casa para hacerlo, no, no, digo no tenías
que tomar nada en ningún lado.
Carmen. – La
razón era que quería conocer donde te veías con tu amante y luego envenenarme.
Rodolfo. – Pero esto
es mi estudio fotográfico.
Javier. – Lo voy
a tomar como una hermosa prueba de amor, hace desaparecer en mi toda sospecha
de infidelidad.
Carmen. - Las mías también, perdóname Javier.
Javier. – El amor
todo lo perdona (Se abrazan)
Carmen. - Ahora solo falta una cosa para completar
nuestra felicidad.
Javier. - ¿Pide
de lo quieras y dalo por echo?
Carmen. - Que nos
casemos.
Javier. – Pero si
ya estamos casados.
Carmen. – Por
civil pero no por iglesia.
Nora. – Que sea
una boda doble, me caso con Rodolfo. (lo abraza)
Javier y Nora.
- Sera boda doble.
Rodolfo. –
Ernesto queremos pedirte que tu seas padrino de nuestro matrimonio.
Ernesto. – Acepto
con una condición
Carmen. – Que condición
Ernesto. – Que Tu
y Javier acepten ser padrinos de la reinauguración de mi teatro.
Javier y Carmen.
– Aceptado
Carmen. – Como
ahora todo somos familia, merecemos un retrato familiar, alista tu cámara
Rodolfo.
Rodolfo. –
(Mientras alista la cámara a Ernesto) ¿Y el retrató?
Ernesto. - Cuando nos encerraste Javier lo encontró, le conté
una historia, le gusto, quiso quedarse con el retrato de recuerdo, se lo vendí.
Rodolfo. – Vamos
a tomarnos la foto familiar.
Rodolfo pone su
cámara la temporiza hasta 10sgs y todos posan para la foto final
Rodolfo. - En 10 sgs la toma, ahora sonrían y digan
“Vivan la vida”
Fin
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